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Capítulo 1: ``Nuevo despertar´´
Abro mis ``ojos marrones´´ y estiro mi ``cuerpo de enana´´, bajo de la cama somnolienta y bostezando.
-Otro curso más- murmúro.
Hoy es el primer día de curso, estoy creciendo y lo noto ¡Voy a ir a tercero de la ESO! Despues de apartarme mi ``pelo corto y maron´´ de la cara me pongo las zapatillas y me dirijo al espejo. Suelto un gran grito que lo inunda todo en 100 Km a la redonda.
-¡Mamáaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
Se abre la puerta corriendo y detrás aparece ella.
-¡Pero Natalia! ¿Qué te has echo?-pregunta histérica.
-¡Nada! ¡He amanecido así!- chillo yo aún más histérica.
-¿Por quién me tomas? ¿Quiénn te ha dado permiso para teñirte el pelo y ponerte extensiones?
-¡Ya te he dicho que no he hecho nada! -Enloquezco y suelto una disparatada idea -A no ser...
-¿A no ser qué?
-Que sea sonámbula...
Mi madre se rinde y suspira.
-Espabila que llegas tarde. -y cierra la puerta tras de sí. Me vuelvo a mirar en el espejo: Veo a una chica, tan guapa que parece super modelo, la miro y me devuelve la mirada. Esa chica tiene el pelo rojizo, largo y ondulado, parece fuego; Sus ojos son tan aterradores que cautivan son, no sé, recuerdan a un volcán. Es alta y con unas curvas de escándalo. ¡Es imposible! ¡No puedo ser yo!
Me pellizco el brazo y me vuelvo a pellizcar. Me pellizco una tercera vez para asegurarme, pero siento el mismo dolor que las veces anteriores.
Abro mi ``desastroso armario´´ y esta tal y como me lo iba a esperar: ``Limpito y ordenadisímo´´ y ¡¿Tengo ropa nueva?! Así que escojo un top rojo sin mangas, largo y ajustado, con algo de escote y unos leggins finos y negros; remato mi look acompañandolo de unas bailarinas y una torera negra. Quería aprovechar al máximo mi cambio radical.
El desayuno transcurría en silencio mientras mi madre examinaba todos mis cambios de arriba a abajo y cada uno de los detalles de mi nuevo cuerpo y yo no puedo evitar pensar en sus ojos clavados en mí como si fuera un muñeco vudú a los que clavan agujas.
Pur fin un pequeño ruido inunda la casa, es el telefonillo ¡Debe de ser mónica! Doy el último trago a mivaso de leche y corro a atender el telefonillo:
-¿Sí? -pregunto.
-¿Está Ton? -dice forzando la voz para parecer otra persona.
-¿Ton?
-De apellido Taina.
-Anda, ya salgo Tontaina -contesto riendome.
Me cuelgo la mochila y paso del abrigo, total no hace mucho frío. Le doy un bedo a mi madre en la mejilla que todavia sigue tensa y salgo por la puerta.
En cuanto cruzo la verja azul, Mónica me mira con los ojos muy abiertos, con cara de sorpresa y alucinación. Yo le miro con la misma cara, ¡Ella está tan cambiada como yo! Su pelo negro con tirabuzones parece un laberinto que cae hasta su cintura. Sus ojos se han aclarado hasta tal punto que parece que estuviese mirando el cielo y sus labios carnosos se tuercen en una sornisa traviesa.
-¡Madre mía! -exclamamos las dos a la vez.
-Pero chica, ¡La madre que te parió! ¿Qué te has echo? -me pregunta.
-¡Nada, he amanecido así! ¿Y tú?
-Pues aunque no te lo creas a mí me ha pasado lo mismo...
Nuestras cara están más que perplejas, esto que nos pasa es increíble. Empezamos a caminar en dirección al instituto. Y nuestras caras se sorprenden más aún al llegar. ¡No somos las únicas que han cambiado!
1 comentario:
*O* es impresionante!
me has hecho flipar :P
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